jueves, 11 de diciembre de 2008

Mi Regreso y la Nota Roja

Estimados, finos y distinguidos lectores, antes que nada quiero pedirles una disculpa por mi larga ausencia del blog... Esto de la chamba es tan divertido como consumidor de tiempo, además de muchas otras cosas nuevas en mi vida, que son particularmente divertidas y me hacen feliz también. Pero bueno, no seguiré perdiendo tiempo platicándoles de mi vida, porque luego hay gente como Mireya a los cuales eso les desagrada, así que les platicaré de lo que me he estado preguntando.

Todos los días, rumbo al trabajo, paso mucho tiempo en el tráfico, ustedes hagan el cálculo de Coyoacán a Santa Fe (bueno, para los no chilangos, es más o menos hora y veinte). En ese tiempo perdido entre tráfico y regaladores del Publímetro, otra cosa llama mi atención en los altos: los vendedores de periódicos, no los comunes y corrientes, sino los de periódicos de nota roja, amarillistas o como les quieran llamar, ahorita se me fue el nombre de alguno, creo que Metro se llama uno... Pero el chiste es que realmente dudo de la cordura de quienes lo compran. Por favor díganme quién en su sano juicio compra un periódico donde sale un hombre decapitado, una mujer atravesada por una viga en su coche, etc... Donde los encabezados son "Prensado", "Su última parada" o "Plomeado". ¿Porqué empezar el día viendo cosas tan feas? ¿Hasta donde llega el morbo de la gente? ¿Dónde empieza el morbo y donde empieza el deseo enfermo de ver gráficas fotos de gente muerta a las 8 de la mañana? Si alguno de ustedes, queridos lectores, es asiduo morboso necrovoyeur de éstos pasquines de mala muerte, ¿me podría explicar?

La foto la saqué de un blog (aleazulado.blogspot.com).