En resumen: Una señora frenó su Navigator contra mi coche en Av. Pedregal... Dos semanas después mi coche sigue en el taller donde se supone, lo están dejando como nuevo, y mientras, yo me he convertido en un usuario, contra mi voluntad, de los taxis.
- Tomar un taxi de la calle es un volado, uno nunca sabe si llegará a su destino o el taxista resultará ser un delincuente disfrazado, miembro de una banda dedicada a asaltar a los pasajeros.
- Los taxis de sitio son el doble de caros, pero por lo menos son seguros.
- Vivo en Coyoacán y trabajo en Bosques ($140 pesos el viaje).
- Un taxista aseguró ser chofer "de carretera" de un senador, y me contó que lo mandaron a tomar un curso a Estados Unidos de manejo defensivo y manejo de armas. Me contó que fue escolta del hijo de un restaurantero reconocido, al cual tuvo que sacar literalmente a tiros del Baby O' en Acapulco.
- Otro taxista me hizo un resumen de los fichajes de los equipos mexicanos, de la entrada de Cristiano Ronaldo al Madrid y de qué hubiera hecho él con 95 millones de euros.
- El de hoy en la tarde me trató de convencer de dejar de fumar.
- Otro me contó todo el proceso de adquirir un taxi, enplacarlo y ponerlo a trabajar.
- Otro me llevó por callejones perdidos y barrios desconocidos para "enseñarme un atajo", ahí pensé que me iba a asaltar... Ya me veía en el periódico.
- El que tomé de la estación de camiones a mi casa se enojó porque había esperado 3 horas por un pasajero y le tocó mi viaje, que era demasiado corto... (A no sólo me pareció corto, sino demasiado caro: $75 pesos de la estación de Taxqueña a mi casa = 10 minutos)
- Otro se acordó de que hace como dos años me llevó al aeropuerto y me preguntó de mi viaje.
1 comentario:
Jajajaja. Yo también suelo hacerle la plática a los taxistas. No tanto aquí, sino en cierta ciudad al sur del df. Sí son todólogos, de plano. Aparecer en el Gráfico! Crudo pero posible... Ja. Saludos!
Publicar un comentario