Los Discursos y el Pánico Escénico

No fue necesario imaginarme a mis oyentes en calzones... sólo bastó respirar profundo y esperar no equivocarme. Acabo de pasar una de las más grandes pruebas... di un discurso frente a muchas personas (de los nervios ni chequé cuantos eran), en la inauguración de un auditorio que lleva el nombre de mi abuelo en la Facultad de Derecho de la UNAM. Pensé que o 1) Me iba a congelar o 2) De los nervios me iba a dar un ataque de risa, pero no... al principio se me quebró la voz un poco, producto de la emoción y los nervios (y de ver a mi mamá llorar en la primera fila, jaja), pero a la tercera oración ya era dueño del podio... cuando terminé, sentí el peso literal quitarse de mi garganta, me relajé y disfruté de los aplausos y los saludos de la gente. A eso viene mi pregunta: ¿Por qué a la gente le da miedo pararse enfrente de un grupo y dar un speech? Yo era de esos, pero les aseguro, mis queridos amigos, que es más fácil de lo que parece. Lo difícil es soltar la primera oración, ya después, todo fluye... les aseguro que lo mejor es que la gente les aplauda por algo así y no por tirar un plato en un restaurante o por decir un mal chiste... creo que eso de los aplausos me está gustando.