jueves, 2 de octubre de 2008

2 de octubre de 2008: Borregos y delincuentes

Definitivamente fue la noche más larga de 1968, y probablemente una de las más tristes en la historia de nuestro país. Fue una demostración de poder de convocatoria de los jóvenes, un levantar la voz para decirle al gobierno "aquí estamos". Es una fecha que los jóvenes estudiantes mexicanos recordamos con asco, como la peor acción de un gobierno opresor. Tristemente, esos ideales se fueron quedando en el tiempo y hoy no son más.
La marcha de hoy fue la prueba, 27 detenidos, todos pseudoestudiantes encapuchados que acudieron a la marcha sólo para causar desmanes... borregos en su mayoría. Son los que creen que destrozando y saqueando un 7 Eleven van a ser escuchados y van a honrar la memoria de los caídos en '68. Cómo se han desgastado los ideales de aquellos jóvenes universitarios que realmente tenían por qué luchar. Los estudiantes de ahora han tomado, según ellos, la estafeta del Comité de Huelga de 1968 y acuden a este tipo de manifestaciones, muy dignas de propósito, a manchar el nombre de nuestra universidad, la UNAM, y el Poli. Son los que creen que atacando a los granaderos con resorteras o con un spray de pelo con fuego ganarán el respeto o la admiración del pueblo mexicano. Graffitean los comercios, piden la anarquía y la liberación de los presos políticos, cuando les aseguro que más de la mitad de los hoy presentes no nos pueden decir qué es un "preso político". Ellos consideran que cualquier vándalo encapuchado que voltee una patrulla y le prenda fuego, o ataque a golpes a los policías es un perseguido por el gobierno... No compañeros, ellos no son más que delincuentes, comunes y corrientes, sólo que ellos son de una calaña más baja, porque realmente no creen en las consignas que lanzan, están ahí para sentirse rebeldes, pero borregos son al fin, tratando de copiar los ideales ajenos.
Ninguno de los jóvenes estuvo ahí, hace 40 años, cuando el Ejército irrumpió en Tlatelolco y mató a cuanto estudiante, niño, madre o anciano se le cruzara enfrente. Ellos creen que ser joven es sinónimo de rebeldía, de levantar el puño en contra del gobierno... En 68 tenían una razón válida para luchar, nuestro campus de Ciudad Universitaria había sido tomado por el ejército y todo a causa de una riña entre preparatorianos, bajo una psicosis colectiva del un gobierno que quería unas olimpiadas libres de problemas. Ninguno de esos borregos estuvo preso en Lecumberri, ninguno fue torturado... Ellos sólo asistieron porque creen que el Ché Guevara es super cool, un guerrillero, una figura a seguir (y no estoy diciendo que no lo sea), porque eso les dijeron sus amigos de filosofía... "Qué la anarquía es lo mejor", adoran a Marcos y al E.Z.L.N., adoran a los "estudiantes" mexicanos que murieron en el ataque a las FARC en Colombia, cuando para empezar, no tenían nada que hacer allá (estudio universitario, my ass), odian a los yankees, a los burgueses. Creen que tomando una calle con mantas de "abajo el imperialismo" generarán un cambio... Bullshit, regresen a los salones que esa es la única manera en que podremos cambiar a nuestro país. Carajo compañeros, mejor estudiemos y dejémonos de estupideces, dejen el vandalismo para los analfabetas, para los resentidos, para los delincuentes...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está super gastado y mal usado eso del jóven revolucionario. Lo peor es que es una consgina constante en las prepas de la unam y el poli, que después llega a las universidades todo tergiversado y todos creen que de verdad van a cambiar el mundo así. Me gusta tu entusiasmo, aunque no sé si los que creemos en ese cambiar al mundo desde las aulas (o bueno, a base de la educación) pequemos de inocentes...